12 de agosto de 2010, La Jornada
Enrique Galván Ochoa
Enrique Galván Ochoa
■ Saqueo y desplome de la riqueza petrolera
¿Cuántos años faltan para que México deje de exportar petróleo y se convierta en importador? La sola pregunta podría pecar de pesimista. Sin embargo, no han pasado muchos años de que nos preguntamos cuántos años faltarían para importar gasolina y hoy se compran importantes cantidades a fin de llenar el hueco que no alcanza a colmar Pemex. Es una de las causas de los gasolinazos mensuales. Petróleos Mexicanos carga al automovilista la diferencia con el precio del combustible con Estados Unidos, que en los últimos tiempos ha sido mayor; cuando baja, también nos cobra el pilón. Ese mecanismo es al que llama subsidio. Un estudio que dio a conocer ayer el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado viene a confirmar que hay reservas sólo para nueve años, como ya lo habían reportado British Petroleum y otras entidades internacionales. (Ver gráfica en esta página).
El saqueo
Un poco de historia, con base en los datos del CEESP: 1) Pemex alcanzó una producción máxima en diciembre de 2003 de 3 millones 455 mil barriles diarios. A partir de entonces, la extracción ha ido disminuyendo de forma paulatina hasta los 2 millones 593 mil en mayo del año actual. 2) El valor mensual ese mes de diciembre fue de 2,709 millones de dólares, ya que el barril se cotizaba en 25.3 dólares. 3) La pronunciada caída en la producción no conllevó una caída en los ingresos toda vez que subió el precio internacional de petróleo. 4) Los ingresos alcanzan un nivel máximo en julio de 2008, cuando el precio se cotizó en 120.3 dólares el barril, sumando 10,355 millones de dólares. 5) En mayo pasado, los ingresos fueron de 5,490 millones. Hasta ahí los datos del CEESP. Se impone una pregunta: ¿dónde está el dinero del petróleo? ¿Qué han hecho dos gobiernos panistas con los ingresos extraordinarios que han recibido? ¿Por qué no han podido echar a andar la construcción de la refinería de Tula? A sabiendas de que las preguntas quedarán en el aire, se vale proponer una respuesta: el saqueo de los recursos por el foxismo y el calderonismo no tiene precedente.